viernes, mayo 17, 2013

Clive Barker's Jericho


Ayer iba a poner algo acá pero no encuentro en ningún lado la versión completa. Es un cuentito sobre un fulano que fantasea a través de la ventana de un autobús.

En fin, como ya no pude poner nada me puse a jugar Jericho. Ese juego que salió hace ya algunos años para consola y PC. Sí, lo estoy jugando apenas y ya les diré porqué.

Resulta que hace unos años tenía ganas de jugar algo de suspenso, pero que se alejara un poco de Silent Hill y esas cosas. Buscando opciones por internet me enteré de Clive Barker's Jericho o Jericho, para abreviar; leí muchos comentarios buenos y malos y me dio mucha curiosidad pero siempre acababa comprando o rentando otras cosas. Así pasé por Quake 4, Condemned 1 y 2, The Darkness y similares hasta que poco a poco Jericho se me fue olvidando.

No fue sino hasta un día que andaba buscando juegos en un Sam's, me parece y Viry me dice algo así como: "Pues no se, pero el que tengo ganas de jugar es este". Y me enseña la caja de Jericho. Sí, reconozco que escucharla hablar de videojuegos como este y no del mentado Candy Crush me hace sonreír como idiota. Such a turn on.

Pero no lo compré, me llevé otra cosa. Pasó el tiempo y acabé encontrándolo usado en un Game Rush. Ese día tenían promoción de dos juegos al precio de uno, así que me llevé ese y Lollipop Chainsaw por poco más de $300 pesos mexicanos. Si algo compro compulsivamente son videojuegos.


Más allá de las revisiones nunca busqué videos ni trailers ni nada. Me traicioné a mi mismo, pues siempre espero un par de semanas después de los estrenos para saber si compraré un juego o no, a menos que sea un juego predecible como los Call of Duty, Battlefield, Halo, etc. Esos no necesitas verlos antes de comprar pues sabes cómo serán.  Así que desconocía por completo lo que estaba a punto de jugar. Sabía más o menos de qué iba pues había jugado un demo tiempo atrás, nada más. Conocía la estética que manejaba y ya habiendo mencionado eso una de las cosas que me atrajó fue la mente detrás del juego: Clive Barker. No es la primera vez que este señor se avienta al mundo de los videojuegos pues ha escrito cosas interesantes anteriormente. Ya antes había jugado un poco Undying y de no ser porque mi computadora se encaprichó en no dejarme jugar más de 1 hora me habría enganchado con el juego.

Reconozco que a pesar de que me interesaba el título aún no estaba del todo seguro de cuál sería mi experiencia, sobre todo después de los últimos fiascos con su franquicia más famosa. Sí, me refiero a Hellraiser. Pero ya lo había comprado.

Clive Barker's Jericho
¡Aléjate! ¡Aléjate!
Tan pronto empecé a jugar me di cuenta de que no era un juego como otros, para nada. Al principio cuesta un poco de trabajo acostumbrarse a los controles y no me refiero al botón de disparo, recarga, etc, que generalmente es el mismo en todos los juegos, sino al movimiento. El movimiento me pareció demasiado pesado y los personajes se llegan a sentir lentos en ocasiones, situación que se acentúa cuando algún enemigo te acorrala o tratas de moverte de lado a lado para evitar golpes o disparos y tus compañeros están pegados, literalmente, a ti. Para mí ese es uno de los puntos más flojos del juego: La IA en ocasiones se queda viendo como haces gala de tus habilidades con los pulgares o de repente decide que es hora de ir al ataque sin importar más que la victoria. Es ahí cuando tienes que avanzar entre los enemigos para revivir a esos valerosos soldados.

Es aquí donde los programadores agregaron algunas útiles herramientas que los detractores del juego generalmente pasan por alto:

La primera es el control de tus equipos. El escuadrón Jericho está formado por dos equipos: Alfa y Omega. Ambos equipos pueden ser comandados con sólo apretar un botón. Un poco como los juegos de Tom Clancy, por ejemplo, sólo que de una manera mucho más básica. Apretando el pad direccional a la izquierda ordenas avanzar a Alfa y a la derecha a Omega. Lo útil, sin embargo, son los botones de arriba y abajo, con los que ordenas al escuadrón que avance o mantenga su posición, respectivamente. Sí, de repente es como hacer de niñera con los soldados, pero una vez que se tienen dominadas estas funciones es posible crear estrategias sobre la marcha.

Clive Barker's Jericho
Jericho! Take positions!
La segunda herramienta o, mejor dicho, el punto clave del juego es el control individual de cada miembro del escuadrón. Esta habilidad no puede ser usada desde el principio sino que el equipo debe sacrificar algo para poder acceder a ella. Esto te permite tomar ventaja de las habilidades que cada miembro del escuadrón poseé, ya que no todo se trata de balas. Así tenemos a un soldado que puede controlar a un demonio de fuego, otro que puede curar, otro usa la telequinesis, etc. Lamentablemente la IA no está muy enterada de estas habilidades y las usará esporádicamente o, al menos, unas más que otras. Eso sí, al final del juego me vi utilizando a los mismos dos o tres personajes.

Lo que me enganchó al juego fue más que nada la historia. Este escuadrón de habilidades especiales es enviado a una zona donde se registró una grieta entre dimensiones de la que tratará de escapar el Primogénito, The Firstborn o el primer ser creado por Dios. Este ser es tan poderoso que preocupó incluso a su popio creador por lo que fue encerrado en esa otra dimensión y así Dios podía empezar de nuevo, desde cero. Cada determinado tiempo la barrera entre las dimensiones se debilita y The Firstborn trata de escapar. Es entonces cuando el gobierno manda a su escuadrón secreto en turno para darle pelea y devolverlo a donde pertenece.

Y creo que es en este aspecto donde el juego se vuelve polémico. Si bien la dificultad radica más que nada en el control, a fin de cuentas es un juego sencillo. Incluso en la dificultad Hard puedes terminarlo sin muchos problemas. Muchos esperaban (incluyéndome) que el juego los pusiera en aprietos, cosa que nunca sucede. Los enemigos son predecibles: Avanzas un poco, peleas con un montón de malos uno tras otro, terminas, avanzas y repites. Para ser un juego que prometía suspenso y uno que otro susto no pasa de ser un poco repetitivo y si juntamos lo repetitivo del gameplay con lo repetitivo de los escenarios y un final "abierto" que más parece apresurado, pues no cuestiono la decisión de muchos al decir que es un juego pésimo.

Clive Barker's Jericho
No necesitamos tu ayuda.
Finalmente es un juego que te gusta o no te gusta. Así de sencillo. Si eres un fan de Clive Barker la estética te va a dejar satisfecho y pasarás por alto un poco el gameplay, si te gustan las historias más que los disparos pues disfrutarás como si estuvieras leyendo un libro de suspenso. Si te gustan los gráficos y la acción no creo que sea el juego ideal para ti. Personalmente lo disfruté mucho, pero fue porque me obligué a jugar los primeros niveles. Confieso que me arrepentía de mi compra hasta que fui conociendo a los enemigos y sus perversiones. Era como la versión de Clive Barker de La Divina Comedia. Me atrapó y ahora es uno de mis juegos favoritos. Punto extra al jugarlo en un momento en el que los FPS lucen como clones, pues repiten la misma fórmula una y otra vez. Sí estoy un poco defraudado por la dificultad y el terrible final, pero la experiencia de juego superó mis expectativas. 

viernes, mayo 10, 2013

Las 5 chatarras que debo probar antes de morir.

Los que me conocen saben perfectamente sobre mi debilidad por la comida chatarra. Esas cosas excesivamente saladas, grasosas, carnosas y a veces hasta picantes. No soy fan precisamente de la comida muy condimentada, pero cuando el picante está bien balanceado con los demás sabores no lo dudo y devoro lo que sea.

En fin, que seleccioné las 5 cosas que debo probar antes de morir. Esas cosas que por su mezcla de sabores, exceso de grasa, sal o cualidades exóticas debo comerme al menos una vez en mi vida. Y aquí están:

5. En quinto lugar está la bolsa gigante de Cheetos. Ya lo intenté una vez con una bolsa gigante de Totis (frituras mexicanas que compiten contra Sabritas o Lays, en otros países) y créanme, valió la pena. Pero eran Totis de sal, solamente. Sin limón y sin queso. Ahora, la cosa industrializada que Sabritas usa como queso que es 99% sal y lo demás de color y sabor es algo que no puedo pasar por alto y menos si viene en una bolsa de este tamaño.

Cheetos gigantes.

4. Una de mis cosas favoritas es la pizza. De lo que sea y de donde sea. Incluso esa cosa congelada que viene en cajas de cartón y al descongelar y calentar sabe a lo mismo. No le pongo peros a ninguna pizza. Aunque sí tengo mis favoritas. Y bueno, uno no puede ir a la pizzería y pedir una pizza para llevar porque una rebanada de pizza no es lo más cómodo para comer e ir caminando. ¿O sí? Bueno, con estos conos de pizza la comodidad no se pelea con el antojo. Juro que cuando vi el queso ahí seduciendo a mis dientes me perdí por completo.

Cono de pizza

3. En tercer lugar están estas pizzapapas, papapizzas o... Bueno, son papas fritas cubiertas con pepperoni, queso y especias. Se me ocurren tantas cosas que podría echarles encima. Las papas fritas combinan con muchas cosas y la pizza también. Entonces ¿qué pasa si mezclamos ambas?. Y si lo combinamos con una hamburguesa... Empiezo a salivar...
Papas con pizza.

2. Llegamos a los primeros dos y ya tengo mucha hambre. En segundo lugar les tengo estas papas envueltas con tocino. No hay mucho que decir, lo que se ve es lo que hay. El pedazo de carne que más me gusta no es un corte argentino ni un filete enorme y jugoso. Sí, disfruto esos pedazos de carne a medio cocer que al morderlos aún les escurre sangre, pero el tocino es lo que más me gusta. Tiene el balance perfecto entre grasa y sabor; además de ese toque salado que ninguna otra parte del cerdo tiene. Y ahora rodeando unas crujientes papas fritas. Es casi pornográfico.

Papas con tocino.

1. Y en primer lugar el postre. Ya no hay tanta sal y grasa, pero sí mucha azúcar, más o menos. Debo admitir que los cupcakes nunca han sido algo que se me antoje mucho. Y vamos ¿Cupcakes? ¿A quién se le ocurrió semejante mariconada? Son panqués y punto. ¿Muffins? ¿Cupcakes? Todas esas cosas son nombres de princesa para un jodido panqué. En fin, que me encontré con esta cosa hecha de... Mountain Dew y Doritos. ¡Sí! Mountain fucking Dew con Doritos. Podemos reducir la botana de cualquier gamer decente a esas dos deliciosas cochinadas. Ya me imagino el fin de semana gamer empezando con unas papas con pizza para terminar con este delicioso postre. ¿Se imaginan no tener que pasar de la botana al refresco y poder echarse a la boca ambas cosas al mismo tiempo? Cuando el tiempo es crucial en las partidas multijugador no puedes darte el lujo distrayéndote entre apuntar, disparar, recargar, botanear y beber. Enjuague y repita. Esta es la botana perfecta.

Cupcakes de Mountain Dew y Doritos.

Y ya, suficiente de chatarra por hoy. Tengo media pizza esperándome en la mesa y un control de XBox que espera ansioso a que le ponga mis grasientas manos encima.

Con su permiso, me voy.