Como si yo fuera un Masterchief y entonces un soldado asustado me pidiera que quitara el pie del acelerador.
No. Como si mi ardilla en la cabeza fuera ese Masterchief...
En fin. De unos días para acá las cosas han ido lentas. Y no es que yo apresure a la vida, sino que hay una tranquilidad excesiva. Por eso decidí sentarme a escribir y cambiarle a los cuentitos de Arabí. El resultado fue como mediocre, pero no me quejo porque la idea que desarrollé ni siquiera era mía por completo, sino de Kafka. Punto para él.
Así que de la fantasía paso sobrevolando la realidad por un rato y me estaciono en la nada. Hoy precísamente que no hice más que sentarme a jugar y navegar en internet hasta que me dio hambre y salí. Vaya que me sorprendió ver que hay un mundo entero más allá de la puerta de la casa. Lo tomaré en cuenta en el futuro. Sobre todo teniendo en cuenta que mañana hay ensayo a las 8 y me estaba dando flojera. A sacudirla, pues!
Sólo estoy divagando, así que mejor voy a comer y le doy lucidez a mi mente.