lunes, abril 27, 2009

If... For at least one minute each day

Good morning sir, she said, filled with her juvenile joy. As if there were no enemies in her gray room. As if she wasn't the girl in the fallen portrait at the back of her own door. She hates herself, you may think, but that is not the truth. Not the whole truth, that is.

You'll see, she could hate herself. She could blame herself for being stupid, unaware or even a pervert. Well, she could.

But her wishes leads us to a different place. A better one. A joyful one. A place where songs tells anything except the words on them, where kisses are salty, where ice cream has the sound of the ocean, where naked bodies are as bright as stars.

That is the place dreamed for the rest of us. But she lives on it. She owns it. It isn't just a place, its her world; her own great world. And the good thing of all of this is the fact, the fact because people around her are so grateful, that its a world able to be shared.

So maybe those faceless enemies in her room are scary. Maybe the sound of her voice could lie to our perception. Maybe you could think there is a noisy sound coming out of her head everythime she stands still with her eyes looking through the window. But no... All of those noises are going in the opposite direction, right into her mind. Into her body. And they are transformed into smiles and tears and with that she fills all the blank spaces between her guts. She owns a vaccum, you know, but it's far to be seen.

Instead we can feel her universe; we can see it through her eyes.

I can see a very special place somewhere inside. There is a chair in it. You name the color.

And that is the place i call home.

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Now playing: Interpol - interpol - turn on the bright lights - 07 - obstacle 2
via FoxyTunes

miércoles, abril 15, 2009

Cuentos infantiles

Como habrán notado gracias a algunas entradas anteriores una de mis pasiones es escribir/leer/comprar/planear/comer/soñar cuentos infantiles. Es como una debilidad o tal vez una manera de llenar ese hueco en mi vida llamado "quiero una hija". Hueco que no urge ser llenado, por cierto. Sin embargo ahí está y el hambre que ese sueño a largo plazo provoca es apaciguada con historias que imagino sobre niñas montando perros voladores. Perros reales, no dragones con cara de perro como nos dibujan en las películas sobre historias del señor Ende.

Así fue como mi ansia de escribir se transformó en un ansia por conocer. Decidí que un buen postre podría ser un cuento infantil, mientras que los platos fuertes son algunos libros que me encuentro en ferias y centros comerciales de gente de quien en mi vida he escuchado pero que por alguna razón me atraen. Pero si soy sincero conmigo mismo las primeras etapas de mi búsqueda fueron movidas no por la lectura en sí, sino por las ilustraciones que las acompañan. Las ilustraciones son un punto importantísimo en cualquier cuento infantil, los mismos niños las piden. Las novelas y libros son arena de otro costal, pues algunos son ilustrados y otros no.

Lo que más me interesó de las ilustraciones ha sido el desenfado del artista en algunos de los casos. Trazos gruesos o bocetos apenas coloreados, acuarelas burdas y hasta imagenes grotescas, pero por otro lado emanan una magia que se sale del papel. Ha sido así que he imaginado las ilustraciones de mis cuentos de Arabí, pero siendo yo un dibujante de regular a malo me he abstenido de hacer oficial cualquiera de mis ideas. En fin.

Hace un rato me metí a una feria de libros con la firme decisión de no comprar nada (tengo montones de libros que compro igual y apenas puedo con ellos). Pero fallé y compré un libro llamado "Pasito"; sobre un pato. A pesar de ser más ilustración que texto, creo que la inversión (mínima) valió la pena.

Ya veremos que me encuentro la próxima vez.