... Y entonces vuelves a sentir tu cuerpo, el aire a través de tus dedos y la tierra en tus manos. ¿Qué importa ya si mueres mañana? ¿Qué importa ya si mueres esta noche? Exististe, caminaste, corriste y saltaste hasta que el aire ya no llegaba a tus pulmones. Y tu alma sonreía.
Abrazaste a tus impulsos y deseos. Y no importaba nada.
No parecía real, ¿verdad?.
Era real, fue real. Eres real. Mírate, lloras, sudas y sangras. Eres real.
Y nada importa ya.
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