"Sorry, are you mexican?"
No soy una persona a la que busquen mucho por ningún medio. Mucho menos personas al azar por internet. Hace años subía contenido constantemente a mi blog y actualmente tengo una cuenta en Instagram, pero honestamente siempre he pensado que mi contenido es poco interesante. Si con medios en los que me encuentro activo nadie me contacta, ¿cómo es posible que alguien desconocido lo haga así nada más?
Hasta la fecha me extraña, pero dejé de cuestionarlo.
En fin. En ese momento me encontraba hundido en un hoyo de depresión que sólo abandonada cuando mi mente enloquecía y decidía que era hora de una crisis de ansiedad y de vez en cuando un ataque de pánico. Estaba en estrés constante al no saber qué ocurriría en los siguientes minutos. Todo el día, todos los días.
Así que le respondí. Cruzamos un par de palabras y eso fue todo. Así fue durante un par de días. Hablamos sobre idiomas, un dolor de cabeza, etc. Honestamente pensé que eventualmente ambos nos aburriríamos y olvidaríamos el asunto, como suele ser en la gran mayoría de casos similares. Y entonces lo dijo.
"Of course. Will and Faith"
Hacía tanto tiempo que la Fé me parecía una cosa tan lejana. Un concepto que relacionaba con fanáticos religiosos ajenos a mí. La Fé no figuraba ya en ningún aspecto de mi vida. Sobrevivía y ya, imaginando que un día todo iba a volver mágicamente a la normalidad, pero sin Fé en que eso en realidad sucedería.
Ese día me fui a dormir pensando en eso. Voluntad y Fé. Es justo lo que necesitaba. Mi enfermedad mental y emocional podían ser más fuertes que yo en determinados días, podía no salir de mi habitación más que para comer un poco, pero con Voluntad y Fé en que las cosas podían mejorar con el tiempo iba a salir de donde estaba.
Se lo dije. No podía quedarme callado. "Tal vez esto no tenga sentido para tí, pero cambiaste mi vida con solo una palabra. Gracias". Escribía este mensaje entre lágrimas pues había encontrado al fin esa pequeña luz que me ayudaría a salir del agujero oscuro de donde me encontraba.
Desde entonces hablamos todos los días, compartiendo música, cultura, palabras, historias y atravesando esta experiencia que, creo, nos ha cambiado a ambos. Es increíble, según sus palabras, cómo diferentes personas de continentes y culturas distintas han encontrado en el otro un apoyo y una amistad que no puede describirse en palabras.
He aprendido muchísimo de ella y de la experiencia que estamos viviendo. Se que este tipo de relaciones pueden terminar de la misma forma que empezaron. Lo he vivido un par de veces, pero no me importa. Yo disfrutaré el presente y cada palabra que me diga. Sonreiré cada vez que le pregunte "¿Qué tal tu día?" y me responda con una descripción que raya en lo poético. Se ha convertido en el ángel y guía que necesitaba para darme cuenta de que todo en el mundo puede brillar si lo miras desde el ángulo correcto. Mi gurusa. Mi sol. Mon soleil.