Son las nubes señal de tu llegada;
densas naves y temibles galeones.
Arremete combativa tu armada.
Sin dar tregua. Sin escuchar razones.
Clavo mis pies en el profundo fango
y miro al cielo con fervor y asombro.
Soy el guerrero de más bajo rango
arrastrándome desde los escombros.
Me miras. Con arrogancia me miras;
has ganado con solo un respiro.
Me tienes y en tu victoria deliras.
Me tienes y sin embargo te admiro.
Llueve tu furia y desgarra mi rostro
que se renueva tras cada batalla.
La próxima vez saldré victorioso.
Cada cicatriz es una medalla.
Cada cicatriz es una medalla.
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