Ni uno, ni otro o tal vez ambos. Acabo de salir de un laberinto de paredes angostas en el que sólo mi voz podría haber surtido algún efecto. No podía voltear para orientarme ni hacerle señas a nadie, sólo podía gritar. Sabía que no estaba solo, sin embargo no necesitaba ser escuchado.
A veces es necesario gritar y vaciar el alma. Es necesario tirar lo que ya no nos sirve, o tal vez darnos cuenta de que podemos reciclar algunas cosas. De unas semanas para acá me dediqué a tirar cuanta pelusa encontraba; sacudí el polvo y les dí un poco de brillo a mis emociones. Estrené muchas sensaciones como si de un domingo se tratara, pues eran nuevas y merecían ser presumidas... Aunque, claro, algunas no combinaban o eran de muy mal gusto, por lo que los ajenos me veían extraño. Eso no importó, eran nuevas y yo quería usarlas.
Sólo me las puse un par de veces, pues aún así no me sentía a gusto con ellas. Necesitaba saber que no eran para mí, el único problema es que ya las tenía y no me quedó más que guardarlas en un cajón... Ya me servirán otro día.
En este preciso instante no se a dónde diablos voy. A veces encontraba a algún incauto perdido en el mismo laberinto. "¿Vas o vienes?", preguntaba; "Ni uno, ni otro. Creo entonces que ya voy a la mitad del camino", contestaba. Nunca pude ayudarle ni decirle más que eso... Y nunca podré, de eso estoy seguro; la mitad del camino nunca termina y es espantoso.
Porque mientras crees que estás a punto de salir te das cuenta de que esas ideas sólo son postergaciónes de lo mismo. El tiempo y lo que ocurre mientras este transcurre no cambia, sólo se expande y la mitad del camino nunca deja de serlo hasta que claro, llegas al final.
A pesar de todo estoy muy a gusto conmigo; aún sabiendo que aparentemente estoy entrando en una extraña depresión, ya no me siento a la defensiva... Creo que esta vez la dejaré pasar, hacer sus destrozos y largarse para que pueda recoger lo que todavía funcione.
No se, no tengo ganas de nada... Mi vida está en un deslavado tono gris; no creo que dure mucho, pero es extraño para mí sentirme así de vacío. Tanto que creo que una prenda nueva está a punto de entrar en aquél cajón.
See ya next time... Peace n' joy.
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