Goldfinch in Flight by Laura Andrew |
El ave de la mañana vuela lejana.
Desde la ventana de mi habitación he visto pasar multitudes de personas, pero fue una vez que miraba el cielo cuando vi algo que creí perdido desde hace mucho tiempo.
El ave de la mañana dibuja sonrisas entre las nubes.
A veces me pregunto cómo funciona el destino. A veces me pregunto si acaso existe tal cosa. El ave me miró y se acercó con cautela, pero con decisión. Tal vez con un poco de ingenuidad. Vuela delineando los contornos de las nubes con listones de colores. Baila entre los árboles como esperando que me una a su vuelo. Pero estoy tan arraigado en esta tierra, tan enraizado en el concreto y enclaustrado en este caparazón que duele tan solo estirar mi brazo al cielo.
Estiro solo los dedos, despacio. Vuela entre ellos. Vuela junto a mi oído y susurra oraciones en un idioma desconocido. Penetra en mis ojos y sale al fin, bañada en lágrimas.
- Mira las estrellas. Dice.
- No puedo, pero miro el cielo azul. Le respondo.
El ave de la mañana vuela lejana.
- Escucha...
A veces puedo saltar y el dolor se convierte en alegría. Salto lo más alto que puedo. No se volar. Puedo sentir el viento arremolinado entre sus alas. Huele a mar y especias.
El ave de la mañana baila entre las nubes. Lejana. Dibujando sonrisas de colores.
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