Decidiste hacerte dreadlocks (rastas), y ¿ahora qué?
No pues te habrán dicho que no te puedes bañar y que has de apestar todo el día (yo a veces) y que si tienes piojos y a ver déjame tocarlas y todo eso ¿no?
La verdad es que eso de no bañarte es una de las mentiras más grandes que giran al rededor de los dreads, de hecho, debemos mantenerlas limpiecitas para que duren más, el cabello esté más sano, se vean saludables y tocables y lo más importante: Para que puedan seguir enredándose con más facilidad.
Pues no, no se trata de "ya las tengo, soy feliz". Hay que pensar en algo muy importante antes de hacerte dreads: el mantenimiento. Para que tus dreads siempre se vean definidas es necesario darles mantenimiento dos o tres veces por semana por lo menos los primeros 3-4 meses. Sin embargo lo más recomentable es tener un gancho para tejer a la mano (yo uso uno del número 4) y pasarte cada rato libre que tengas dándole al ganchillo. Esta técnica consiste en pasar el gancho a través de la "rasta", enredar los cabellos sueltos y regresar el gancho por donde vino. Esto se repite todas las veces que sea necesario con cada dread.
Aparentemente es muy complicado estar dandoles mantenimiento, pero después de un tiempo te acostumbras y el gancho se vuelve como tu sexto dedo. Yo tengo mi ganchito en clase, mientras veo la tele, estando en internet, oyendo música, a cada rato! Y se vuelve hasta entretenido. A veces salen ampollas, pero es un precio bajo para tener unos dreads decentes.
Una de las cosas más divertidas es alocarte con el estilo de tus dreads. Puedes ponerles lo que quieras encima: cuentas, hilo de colores, ligas y hasta tuercas y resortitos; es cuestión de imaginación. Puedes hacerte colitas, amarrarlas, pararlas con cable delgado, de todo.
En estas fotos podrás observarme en plena acción con el gancho en la boca. De hecho la boca y los dreads mismos son excelentes lugares para guardar el mugre ganchito jaja.
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