jueves, julio 07, 2022

Ingobernable


Dejaste la puerta abierta esta mañana
y ni siquiera dijiste buenos días
para que yo, emocionado y sonriente,
te respondiera buenos días Avecita mía

En cambio saliste de prisa
y yo tristemente te perdía

Batías tus alitas sobre la acera
que agitaban el aire,
te revolvían el cabello
y te elevaban del suelo, de puntitas

De lejos miré tu sonrisa
y admiraba tu arrojo. La osadía

Tu vas me tuer, soltaste fascinada
con tu voz de Avecita
que desde lejos me hechizaba
rapaz, peligrosa y encantadora

Cerré la puerta, muy de prisa
y adorando tu desdén. Tu rebeldía

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