jueves, noviembre 02, 2006

Pre-expresividad

Mmmmm... Hace tiempo hice una... Err... Cosa que hablaba sobre mi experiencia con la identificación y reconocimiento de la pre-expresividad. Para el momento en el que estábamos trabajando con eso, este escrito fue lo que resultó. A estas alturas no sabría como explicarlo... En este mundo todo se vuelve más y más confuso.

Un día me sentaré a tratar de hacer lo mismo, a ver qué cosas nuevas salen.


Pre-expresividad

El cuerpo del actor expresa por sí mismo desde el momento en que es observado. Antes de que el personaje se apodere de la escena, el actor ya ha recorrido un largo camino. La pre-expresividad es intrínseca al actor pues su cuerpo habla por sí solo, sin nada más que estar presente.

Los ojos, la postura, gesticulación, movimiento; todo esto constituye una serie de herramientas de las cuales el actor ha de valerse para darle vida a algo nuevo. El cuerpo del actor constituye un dibujo en movimiento que nos permitirá reconocer lo que está creando: identificamos sus formas, su silueta y las relacionamos con su actitud; sabemos ya que algo está naciendo a pocos segundos de haberlo visto. Antes de que el actor exprese con palabras o con acciones concretas, su cuerpo ha dicho tanto de sí mismo que el resto es sólo el complemento, un complemento inevitable pues lo uno no puede existir sin lo otro.

Ha de entenderse a la pre-expresividad como ese momento de transición en donde no es reconocible, o en mejores términos, diferenciable el actor del personaje. Es ese momento en que ambos inician una fusión entre el alma humana y el alma de la ficción.

Todo empieza desde el momento en que el actor/personaje es observado por primera vez, desde su forma de levantarse, estar de pie y caminar; el dibujo que se crea en ese momento nos da la oportunidad de encontrar, sin buscar demasiado, algo nuevo y fresco y reconocerlo como tal en su cuerpo. Finalmente pre-expresividad es un término que se define por sí solo: el actor expresa aún antes de hacerlo.

También es posible conocerlo por sus posturas, no como clichés sino como posiciones reconocibles al ser relacionadas con algo real, con formas que adopta el cuerpo en su entorno cotidiano y son traídas a la ficción como algo nuevo, acciones que son sacadas de su naturaleza conocida y transformadas en algo totalmente diferente, pero que aún así reconocemos e identificamos a tal punto que las aceptamos. Más que convencionalismos se convierten en parte del personaje (por dar nombre a “eso” que está siendo creado), a fin de cuentas ese personaje sólo está siendo él mismo, existiendo en ese tiempo y lugar, nosotros como espectadores sólo somos receptores de su existencia y esa existencia, antes de ser juzgada, es simplemente reconocida.

La vida en el escenario no existe sin vida en el actor y para percibir esa vida el mismo actor debe saber cómo accionar para llenar ese espacio, hacerse presente y ser reconocido, en el sentido de lograr una identificación entre él, el espectador y lo que está creando. Finalmente lo que la pre-expresividad permite es una identificación del actor/personaje con eso a lo que le da vida ante su depositario: el espectador mismo.

See ya!