domingo, junio 15, 2008

There she is...

Ya decía yo que la vida está conformada de abismos y montañas. Tan profundos los unos como altas las otras. Esta vez he ido subiendo y cuál va siendo mi sorpresa que mientras lo hacía encontré a alguien con quien compartir ciertas cosas que no comparto con los amigos.

En estos momentos siento que la energía es bien aprovechada en todos los sentidos posibles, pues esa energía que fugaba enojado o ensimismado en intentos por meditar podrá ser utilizada de mejor manera. Hace tiempo que no me siento así de bien y se que la vida se está balanceando al fin: Familia, amigos, escuela/trabajo y pareja. La última no la considero como algo imperativo en mi vida, pero una vez que llega con tal fuerza es difícil hacer como si no fuera importante, por lo que es necesario darle su lugar; así dure 3 días o 4 años.

Y digo "con tal fuerza" porque hace años que no sentía a alguien tan cercana a mí. Muchos dicen que estas cosas dejan de pasar mientras vamos dejando la adolescencia, pero siempre he pensado (y he comprobado) que no es así. Es por eso que me siento feliz, porque se que no desperdicio mi vida pensando en que el tiempo se acaba y me hago anciano. Cuando tenemos prisa por vivir, al final ya no tenemos nada qué hacer y nos volvemos viejos sentados ante el televisor esperando a que nuestros nietos vengan de visita de vez en cuando. Eso me parece absurdo, horrible y patético (en el correcto sentido de la palabra).

Tengo 25 años y puedo sentir las cosas como si fuera la primera vez que las siento, sorprendiéndome a cada minuto de cosas por las que he pasado una y mil veces... Vivir así es divertidísimo y las aventuras nunca terminan ni dejan de ser emocionantes.

Y hablando de aventuras, me voy, que tengo ganas de jugar Halo 3!

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